Los Miami Heat no conquistaron el campeonato pero supieron meterse en los corazones de todos dando pelea hasta el final, para cerrar una fabulosa temporada en la que hicieron historia, desafiando todo pronóstico posible.
Un equipo con poco reconocimiento al inicio de la temporada, logró “aceitar, pulir y perfeccionar” una máquina deportiva tremenda, en donde se priorizó la “garra” y el coraje por sobre todas las cosas.
Un equipo que en la temporada anterior tuvo un récord de 37-45 y quedó fuera de Playoffs y tuvo que despedir a D-Wade, le dió un cierre definitivo a aquellos Heat vinculados al éxito, para entrar en una zona oscura para cualquier equipo…el proceso de reconstrucción.
Esta franquicia logró cumplir este objetivo con honores, drafteando a Bam Adebayo con el pick 14 y a Tyler Herro con el pick 13 en diferentes años. Además de fichar a 2 jugadores no drafteados como Duncan Robinson y Kendrick Nunn.
Este “requeche” de juventud dejaba muchas dudas en la afición del equipo, que no paraba de mover piezas de la mano de Pat Riley con esperanzas de volver a tocar la gloria con las manos.
Algo faltaba en el equipo para poder “engranar la máquina del Heat”, algo que luego de varias charlas y movimientos económicos llegó para quedarse…ese “algo” hoy tiene nombre y apellido, y se llama Jimmy Butler.
El nuevo líder de la plantilla venía de varios problemas internos en sus equipos previos, y nunca pudo sentirse parte de una rotación. Fue Wade (ex compañero de Butler en Bulls) quien vió una posible conexión entre el alero estrella y Miami, lo que desencadenó todo lo que hoy disfrutamos en la actualidad. Buscó a Crowder e Iguodala como piezas finales de “el nuevo Miami Heat”.
La “máquina” comenzó a funcionar perfectamente. Butler lideró al equipo de una manera increíble, desarrolló la confianza y el talento en la juventud de Miami y logró acoplar a todos bajo el esquema táctico de Erik Spoelstra.
Hoy en día Miami se encuentra muy cerca de ganar un campeonato en la NBA, logró una esencia y una identidad impresionante y cuenta a su vez con un futuro aún más alentador. La “Heat Nation” puede dormir tranquila.