La pandemia y escasa actividad en la región abrieron la puerta para poder traer jugadoras de la vecina orilla, marcando un antes y un después en la LFB y especialmente, en la carrera de las jugadoras nacionales.
Esta etapa difícil que el mundo está viviendo con el Covid-19, irónicamente le mostró a nuestro país una buena cara, al menos deportivamente. En el Metro 2020 vimos como muchos equipos se fortalecieron y gozaron de tener jugadores del élite. No demoró mucho para que eso mismo aconteciera con la Liga Femenina.
Tenemos que ser sinceros, o por lo menos a título personal, se esperaba que la llegada de jugadoras de selección argentina iba a quitar el protagonismo a nuestras chicas, o aún peor, en el caso de los clubes en desarrollo, o que se presentaban por primera vez, iba a hacer que se hicieran “dependientes” de esas chicas.
Afortunadamente, y a diferencia de El Metro, la visión delos técnicos, dirigencias, y jugadoras fue otro, fue algo así como “aprovechemos esta oportunidad única para traer jugadoras que nos enseñen, nos den experiencia”. Y eso fue, de hecho, gran parte de nuestras vecinas no vinieron con la intención de ganar o ser campeonas, sino con un objetivo claro: Que el equipo y las jóvenes sean mejores tras su salida.
En un medio que trae extranjeros y firma contratos solo pensando en el desnivel que se puede generar y ser campeón más rápido, esto es algo sumamente valorable, y que al final, nos terminó favoreciendo. Equipos como Yale, Montevideo o Capurro sin duda han crecido exponencialmente con la llegada de las extranjeras. Otros se potenciaron, pero buscando hacer fluir su juego, y que cada jugadora encuentre su posición en cancha, juegue en ella, y que no domen.
Todo esto se ha logrado. Desde el primer equipo al último, todos mantienen una línea de juego marcada, todos intentan jugar a algo. Podrán hacerlo mejor, o peor, es cierto, pero que lo estén intentando ya es un logro.
Las más chicas jamás olvidarán que cuando empezaron a jugar, lo hicieron con las mejores, que lo pudieron hacer desarrollándose en una posición especifica, y sabiendo qué hacían. Nuestro básquetbol debe estar agradecido por estas oportunidades, y buscar tener más. Por más técnicos que entiendan que no todo se trata de ganar, y buscar extranjeras que le den experiencia a los equipos, por más jugadoras que quieren aprender, y escuchan, y obviamente, por más “jugadoras formadoras”, que entienden que su principal función va en la formación de sus compañeras.
En Salimo’ nos dimos el lujo de presentar una breve reseña de cada una, y cómo ellas han aportado y fortalecido a sus equipos:
Su incorporación a mitad de torneo fue el golpe que le faltaba a un Capurro que venía en crecimiento. Lejos de que todas las pelotas terminaran en sus manos, el equipo aprendió a jugar a partir de su manejo y armado de ofensivas. En defensa es gran responsable de la organización del equipo y sus rotaciones. El rojinegro fluyó más desde su llegada.
Si no es de las más desnivelantes, o la que más cambio ha generado, anda cerca. Yale es el equipo que más ha evolucionado en el torneo, y no es coincidencia. Agustina es más que goleo en el equipo. El impacto que ha tenido en Mariangel Santana y Sofía Podestá, así como de las internas, es incomparable. Su presencia en la base hace que cada una tome su posición natural, donde se sienten más cómodas, y desde allí ejecuten brillantes sistemas ideados por su técnico.
Tiene pocos partidos en nuestro país, y sin duda su llegada se dio para competir en esta fase en especial, pero le da velocidad e intensad a un equipo playero que ya está acostumbrado a esto.
Es algo similar a lo de Jourdheuil, aunque su llegada se dio antes. Hebraica es un equipo que cuenta con varias referentes como Victoria Pereyra o Jessica Da Costa, pero tener una más que aporte con esa mismas ganas y calidad, sin duda va a generar un cambio en las más chicas, que van a crecer viendo ese altísimo nivel de juego, y en el intento por emularlo van a progresar a pasos agigantados.
En un plantel tan joven, y que se forma desde la base del marrón, el rol de la argentina termina siendo de referente, no solo dentro, sino fuera de la cancha. Las chicas al conocerse desde hace años hacen que el juego fluya con naturalidad, pero sin duda la organización, no solo deportiva, sino mental y sentimental en el rectángulo viene por parte de Celia, el termómetro del equipo.
Más allá de su doble nacionalidad, y que para todos nosotros es uruguaya, el venir de jugar un lapso grande de tiempo, o mejor dicho, casi toda su vida en Argentina, hace que llegue con otra “cultura” en cuanto a básquet. Su intensidad en defensa es una de las cosas de las que más provecho ha sacado el aguatero. Además, su participación en la categoría U19 ha hecho que muchas chicas se potencien y le sigan el ritmo en la cancha, resultando en buenas presentaciones de todas.
No vamos a hablar de la cantidad de figuras y referentes que tiene 25 de Agosto, pero también cuenta con un enorme número de chicas jóvenes comenzando en el básquet. Tener una compañera más que ha jugado en el exterior y cuenta con otra experiencia, termina sumando, tanto en cancha, como en lo previo y post de cada juego. “Sasi” ha podido sumar en todas esas áreas.
También es de las incorporaciones más recientes. Sin embargo, ha liberado más el juego de Sporting, que tiene un banco más largo, y cada integrante del plantel puede jugar más cómoda, sin forzar demasiado. Aún tiene más para aportarle, pero en U19 también lo viene haciendo.
El caso de Sofía es similar al de Agustina García. Su llegada vaticinaba que se fuera a hacer cargo de cada pelota del Rojo, y que cada punto fuera de ella. Si bien es la goleadora, juego a juego ha logrado que cada compañera tome un rol en el juego, y pueda ser parte de las ofensivas y defensivas. Su ánimo, compañerismo y calidad sin duda alguna va a marcar un cambio en el club, y en muchas jugadoras que están comenzando con su carrera.
1 Comment
[…] algún tiempo destacábamos que la pandemia nos abrió las puertas para poder traer extranjeras y analizábamos todo lo que ellas le estaban aportando a sus equipos. En ese momento ya nos […]