No soy fanático de la NBA, lejos de eso, en realidad debería decir que me atrae muy poco, aunque reconozco que es la liga dónde se encuentran los mejores jugadores del mundo. Y justamente son algunos jugadores, como Manu Ginóbili y Luka Doncic, quienes me hacen cada tanto seguirla.

Sigo a Luka Doncic hace muchísimos años. Ese niño nacido en Ljubljana, que ya en 2013 llamaba la atención en la Minicopa del Rey y el torneo de L’Hospitalet, el mismo donde hace unos meses vimos destacarse a Agustín Ubal. Quedaba claro que estaba llamado a ser figura del básquet mundial.

Esa particular mixtura de la escuela balcánica con los conceptos españoles fueron el combo perfecto para desarrollar un talento muy superior al habitual. Real Madrid lo sabía, lo cuidó y lo desarrolló hasta que entre 2017 y 2018 explotó.

Los títulos y reconocimientos individuales se acumulaban para un adolescente que terminó llevándose el MVP de la Liga ACB, la Euroliga y el Final Four de la máxima competencia europea. Por si fuera poco, ganó la Eurocopa con Eslovenia. ¿Qué más? Algunos decían que la NBA le iba a costar.

El Niño Maravilla se ocupó rápidamente de demostrar que no. Tras su llegada a los Dallas Mavericks, fue el rookie del año promediando 21.2 puntos, 7.8 rebotes y 6 asistencias. Su dominio del juego y tiro de tres tras paso de retirada lo hacían estar día tras día en los highlights y en boca de los expertos. Pero claro, su equipo no llegaría a playoffs.

Recién lo haría en su segundo año cuando en fase regular aportó 28.8 puntos, 9.4 rebotes y 8.8 asistencias. Merecidamente, jugó su primer All Star Game, siendo el europeo más joven en hacerlo. Los triples-dobles parecían algo habitual. ¿Podría repetir en la postemporada?

Una vez más, Luka, entre burbuja, lesiones y malhumores, lograba de a ratos divertirse en la cancha. Porque ojalá nunca lo pierda, pero en la cancha muchas veces sigue siendo un niño. Travieso, risueño, dispuesto a desafiar a los mayores. En su primera temporada disputando playoffs, finalizó con promedios de 31 puntos, 9.8 rebotes y 8.7 asistencias.

¿Tiene aspectos por mejorar? Sin dudas. Pero de todas las formas posibles, Luka revolucionó la NBA. No sólo por los récords que a los estadísticos tanto le gustan, sino principalmente por lo que es capaz de hacer adentro de la cancha, por su capacidad de liderar siendo tan joven y, principalmente, porque su figura atrae miradas de todas partes del mundo. Doncic es funcional al show y al marketing, y eso para la NBA no es para nada menor.

Él no se adapta al juego, sino que parece ir un paso adelante. El básquetbol va hacia lo que juega él. El talento técnico imponiéndose ante el atleticismo puro, la lectura de juego colectivo y la inteligencia por encima de la individualidad. Mientras muchos lo comparan con leyendas, él ya hace historia y es pura realidad.

Los Mavs quedaron fuera en primera ronda, 4-2 ante los Clippers. Para algunos, como yo, la temporada de la NBA dejó de tener la misma gracia que tenía hasta ayer. Wonderboy tuvo actuaciones memorables, pero no alcanzó. Para quien lo sigue, no hay dudas que esta será otra inyección de motivación para volver y superarse el próximo año.

A esta altura, ¿alguno tiene dudas que lo hará?

agosto 31, 2020

Hasta pronto, Luka

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agosto 24, 2020

Despertaron a la bestia

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