Graduada en Ciencias del Deporte y Gestión Deportiva en 2008, la australiana Liz Mills comenzó como voluntaria en África y hace algunas semanas hizo historia: Clasificó a Kenya al Afrobasket tras 28 años y se convirtió en la primera mujer en llevar un plantel masculino a un torneo continental. Con ella charlamos.
Sobre sus sentimientos al clasificar al máximo torneo africano, comentó: “Muy orgullosa del equipo por clasificar al torneo. Este plantel enfrentó muchos desafíos en el training camp y en Camerún. Clasificarse, independientemente de todo eso, fue increíble. Este es un equipo que creía que podía lograrlo contra todo pronóstico. Estamos felices de estar de regreso en AfroBasket después de una ausencia de 28 años”.
Más allá de lo histórico de que Kenya volviera a ese círculo de privilegio, Liz se convirtió en la primera entrenadora en lograr esto con una selección masculina. La Coach se mostró contenta, pero a su vez, confesó: “Me siento muy orgullosa de ser la primera mujer en lograrlo pero también, por otro lado es triste que estemos en 2021 y todavía tengamos que alcanzar estos hitos. Espero que veamos un aumento drástico en el número de entrenadoras en jefe en equipos masculinos y femeninos durante los próximos años, para que lleguemos al punto en el que sea normal tener un Head Coach y no estemos hablando de género con respecto al coaching”.
Al ser consultada sobre la desigualdad y si la mujer tiene más palos en la rueda para avanzar dentro del coaching, sin dudas, contestó: “Sí, sin duda es más difícil ser entrenadora en baloncesto. Como mujeres, constantemente tenemos que esforzarnos más para tener las mismas oportunidades que nuestros homólogos masculinos. Constantemente tenemos que probar que somos capaces”.
“Desafortunadamente, quienes toman las decisiones dentro de las federaciones y clubes todavía tienen una mentalidad de la vieja escuela de que el género importa con respecto al entrenamiento. El mejor entrenador debe seleccionarse en función de su experiencia, calificaciones y conjunto de habilidades, no por su género”, sentenció.
Apenas se graduó, fue a Zambia a servir como voluntaria y en 2011 volvió para ser parte de la historia del básquetbol en aquel país, llevando a Heroes Play United y más tarde a los Matero Magic al torneo nacional. Fue entrenadora asistente de Camerún y también de Patriots Basketball Club en Ruanda. Sumado al hito en Kenya, tras diez años en el continente y en un ambiente rodeada por hombres, manifiesta: “Sí, he enfrentado discriminación y sexismo durante mi carrera como entrenadora, ya sea en África o Australia. Sin embargo, me concentro en lo positivo y siempre me han acogido los jugadores y equipos con los que he trabajado y diría que en los últimos años la comunidad del baloncesto me ha acogido en todo el continente. Entienden el valor que aporto y saben que siempre promoveré el baloncesto africano”.
Al finalizar, el tiempo fue de ella para expresar sus deseos en cuanto al futuro y la igualdad de género: “Me encantaría que las federaciones se involucren y alienten a más jóvenes y mujeres a que se dediquen a la formación y que estas federaciones ofrezcan oportunidades de formación para estas jóvenes y mujeres”.
“También me gustaría que las federaciones se centraran en brindar a las mujeres oportunidades para trabajar en puestos directivos dentro de las federaciones. Necesitamos más mujeres en roles de toma de decisiones dentro de las federaciones. Necesitamos más representaciones femeninas en posiciones de poder”, finalizó.