Max Verstappen aprovechó los problemas de Ferrari para quedarse con el GP de España.
Con altas temperaturas y una marea de gente en las gradas pasó el Gran Premio de España, tradicionalmente una carrera considerada “aburrida” por las pocas zonas de adelantamiento, pero que este año fue muy entretenida.
La largada no tuvo muchos eventos. Leclerc largó bien y cuidó la punta, Checho Pérez y George Russell superaron a Carlos Sainz. La acción estuvo entre Hamilton y Magnussen, quienes se tocaron y quedaron en el fondo de la griila.
Al rededor de la vuelta quince comenzaron las paradas en boxes y la acción elevó su nivel. El trío Russell-Verstappen-Pérez le puso picor a la carrera. El neerlandés tenía todo para superar al piloto de Mercedes, pero un problema con el DRS no le permitió alcanzar la máxima velocidad de punta para realizar el adelantamiento.
El quiebre de la carrera llegó en la vuelta 27. Charles Leclerc, quien lideraba comodamente con más de diez segundos de ventaja, perdió potencia y tuvo que retirar el auto. Russell quedó con el liderato de forma momentánea, pero Checo Pérez aprovechó las zonas de DRS para acercarse y posteriormente tomar la punta.
En el último tercio de carrera Red Bull tenía un cómodo 1-2. Russell en el tercer puesto empujó más no logró acercarse. Verstappen realizó otra detención, pero aún así salió por delante del británico.
En la vuelta 49 y tras una orden de equipo, Sergio Pérez cedió la punta a Max Verstappen, quien venía con mejor ritmo y un juego de neumáticos más fresco. De allí al fin del Gran Premio no hubo cambios. Verstappen aprovechó el problema de Ferrari, y arrebató el liderato del Mundial de Pilotos.