Desde el comienzo, el carbonero fue más. A pesar de que con el transcurrir del encuentro el conjunto chileno tuvo claras ocasiones de gol debido a la poca experiencia de la juvenil defensa aurinegra, los dirigidos por Larriera fueron más consistentes, con llegadas por ambas bandas, que si bien no terminaban con remates a portería, generaban peligro y mostraban inestabilidad defensiva del rival. Sobre el final, el ataque mirasol tuvo su recompensa cuando tras penal bien decretado, Ceppelini cambió por gol y se fue el local 1 a 0 al descanso.

El segundo tiempo comenzó con algún que otro cambio que hacía que el partido aún no tomara rumbo cuando vino el primer apagón general. Se espero los minutos necesarios y se retomó la acción, pero tan solo diez minutos más tarde nuevamente los focos dejaron de funcionar y el partido se dio por terminado, otra copa para las vitrinas aurinegras.