Domingo de definiciones en la Basketball Champions League, donde el San Pablo Burgos se consagró campeón a base de puro triple y el JDA Dijon se quedó con el tercer puesto.
En la final del torneo San Pablo Burgos con un segundo cuarto perfecto, y un porcentaje de tiro de tres puntos fenomenal, derrotó al local AEK y obtuvo la primera Champions de su historia, mientras que a primera hora en el partido por la medalla de bronce, el equipo francés a pesar de sufrir en el último cuarto lo ganó de punta a punta y se subió al podio.
La final tuvo un primer tiempo con dos cuartos bien distintos. Los primeros 10 minutos fueron una clínica defensiva del equipo griego. Al Burgos le costaba tirar cómodo, donde su perímetro asumía pero no encontraba ventajas en ofensiva. El AEK en cambio, a partir de su fuerte defensa generaba situaciones de ataque con facilidad y dominaba el partido a gusto, cerrando el primer cuarto con ventaja de diez, 24-14. Absolutamente todo cambió a partir del comienzo del segundo cuarto. Con la segunda unidad del equipo español en cancha, a pura bomba de tres puntos consiguió un rápido parcial de 11-2 obligando al equipo griego a pedir minuto. Pero los triples del Burgos no cesaron y la sensación era que el partido ya era otro. Cook fue el hombre del cuarto (4 de 4 en triples), McFadden y Horton también lo acompañaban, y fue un huracán español el que pasó por Atenas en este segundo período, cerrando el Burgos un fantástico parcial de 35-12 en estos diez minutos, yendo al vestuario 49-36 arriba.
A la vuelta del descanso, la diferencia que sacó el Burgos fue demasiada y el AEK nunca pudo acortar la distancia a menos de diez puntos. McFadden agarró el protagonismo del partido, embocando y generando para todo el equipo, que encontraba tiros claros y aumentaba la ventaja. Transcurría el tercero y el equipo español llevaba 15 de 30 triples encestados, una locura. Hubo una breve reacción del AEK sobre el final pero nadie le sacaba al San Pablo Burgos el título, que luego de entrar flojo en el primer cuarto, tuvo 30 minutos de básquet a un nivel que rozó la perfección y le permitió cerrar el partido con tranquilidad.
Muchas veces al partido por el tercer puesto se lo cataloga como “el que nadie quiere jugar”, pero esta no fue la ocasión. Con ambos equipos decididos a llevarse la medalla, se jugó un primer cuarto parejo donde el Dijon comenzó mejor y sacó una leve diferencia que a la larga no la iba a perder más. 10 minutos donde ambos se dañaron desde afuera y David Holston empezaba a ser figura para el conjunto francés, que cerraba el período 21-19 arriba. El segundo cuarto fue el menos vistoso del partido, donde las defensas predominaron y el Dijon aprovechando una falta técnica a favor sacaba la máxima hasta el momento de ocho unidades. Zaragoza ajustó la defensa, pasó a una zona 2-3 que le funcionó y con algún triple del argentino Brussino logró cerrar mejor el primer tiempo e irse abajo por cinco, 35-30.
El tercer período fue todo francés, sacando ventaja desde los lanzamientos de tres puntos de la mano de Holston (3 triples en el cuarto) y el equipo que acompañó, Dijon consiguió la máxima de 14 puntos de distancia y parecía no perderlo más. El equipo español luchaba el partido, con Thompson en la pintura como referente. Pero cuando parecía que el podio se empezaba a cerrar, llegó lo mejor del Zaragoza en el último cuarto. Salió con una presión extendida en toda la cancha, y a base de robos y ataques al aro de Dylan Ennis, trajo el partido hasta ponerse a un triple cuando todavía faltaban cuatro minutos. Y acá apareció la figura del encuentro, el chiquitito David Holston que se adueñó del partido con balones importantes para calmar la reacción, y luego de una pérdida clave del equipo español, cerró el partido con libres para asegurarse el tercer puesto del torneo.