Foto: FIBA
Agustín Ubal precisó apenas un partido para dejar de ser promesa y mostrar que llegó a la Selección para quedarse. Talento, trabajo y personalidad, la fórmula del éxito.
Para algunos fue sorpresa, porque vaya si destacó, pero viendo la historia de este joven, sin lugar a dudas que es un proceso que él cumplió a la perfección. El trabajo le pagó debutando con 17 años y siendo la figura por excelencia de la Selección.
Tuvo contacto con este deporte desde muy chico, pero para llegar a lo que mostró domingo y lunes, el jugador del F.C. Barcelona realizó un excelente proceso tanto en la Selección como en los clubes, encabezado por muchos entrenadores a quiénes en varias oportunidades ha destacado.
Enfocándonos en su proceso en las selecciones formativas, notamos la importancia que ha tenido. Al fin y al cabo, fue allí donde pudo medirse con los mejores, exhibir su talento, todo lo cual fue clave para que debute a niveles de mayores con la celeste antes de hacerlo con algún club.
Agustín lideró a la generación 2003 y logró sacar mucho provecho de ir midiéndose en otros niveles, diferente al que disputaba domingo a domingo en Uruguay. A través de ello se fue convirtiendo en un mejor jugador, superó adversidades y sumó recursos, para ser mejor y tener rendimientos cada vez más destacados.
Analizando sus torneos oficiales jugó el Sudamericano U15 en 2018 en Montevideo, el Pre-Mundial U16 disputado en 2019 en Belém, Brasil, y el Sudamericano U17 del mismo año en Santiago de Chile, donde Agustín fue figura dando un año de ventaja.
En el Sudamericano U15 fue el punto más alto en una Selección que hizo que mucha gente se sienta identificada e incluso llenara la cancha de Atenas. El joven uruguayo, que jugaba como escolta o alero, logró sacar provecho de su buena capacidad siendo sumamente importante en el equipo de Marcelo Capalbo. Agustín los condujo a la final frente a Brasil, donde la celeste terminó cayendo pero clasificando al Pre-Mundial, el gran objetivo, que venía siendo esquivo hacía varios años.
Una vez en el Pre-Mundial U16, Uruguay dejó todo y sorprendió por momentos, ganándole a Brasil y metiéndose en un juego definitorio por la clasificación ante Argentina, a pesar que el equipo decayó en la parte final del torneo y quedó en la última posición. En dicha competición, no hubo ninguna duda que Agustín fue el mejor por escándalo, comandando a los suyos, siendo el generador de las ofensivas y referente absoluto de la defensa rival, aún así el máximo anotador, y en muchos momentos ayudando a brillar a sus compañeros.
En el último campeonato, el Sudamericano U17 de la generación 2002, el jugador que ya a esa altura estaba en Barcelona, regalaba un año pero no se notó. Su atrevimiento, talento y ganas de jugar demostraban que la perla uruguaya estaba a otro nivel. Un jugador más chico comandó a un equipo de jugadores más grandes a un nuevo Pre-Mundial, el segundo consecutivo para Uruguay.
Su rebeldía, osadía, actitud y talento, fueron demostrados una vez más en la ventana de la Pre-AmeriCup, donde fue figura celeste. Su personalidad, esa que pocos conocían, sorprendió a muchos.
Es tan impresionante como real decir que un jugador de 17 años fue figura en la Selección absoluta, que llegó para quedarse y que de ahí nadie lo va a mover.
Estamos frente a un caso de esos que hay pocos, que no sabemos cuándo aparecerá otro igual en nuestro país. Simplemente disfrutémoslo, aprovechémoslo al máximo, que las alegrías a través del proceso llegarán.
Apenas 17 años, la joya uruguaya, resultado de su proceso y mentalidad. Sin dudas, esta historia recién empieza.