En un año especial, los amantes del deporte también volvemos a ser niños para escribirle una carta a Papá Noel, reflexionar y pedir desde lo más profundo, un futuro mejor.
Hace un tiempo largo no te escribía, pero de chicos siempre nos daba esperanza escribirte, y esperar que nuestros deseos se cumplan, y la verdad es que esperanza es lo que nos va quedando poco en este 2020.
Ha sido un año complicado, jugamos contra él y perdimos por goleada, nos sacaron por quinta y a esta altura hasta apagamos la tele para no ver el final. Se nos fue el Diego, Kobe Bryant, Alejandro Sabella… El fútbol y básquet ya no volverán a ser lo mismo.
Ni hablar del maldito virus. Nos creíamos invencibles, que al “deporte rey” no lo paraba nadie, que la naranja seguía picando, y nada que ver. En deportes de gigantes, terminó ganando el más chiquito. Las puertas de los estadios se cerraron, las camisetas quedaron colgadas en los vestuarios y las redes dejaron de hacer su “Pssss” cada vez que entraban en contacto con la pelota. Nos quedamos sin nada, y no estábamos preparados para eso.
Hemos recibido un golpe tras otro, nos ha costado, y ojo… esto tampoco es una excusa. Nos portamos mal y eso no puede negarlo nadie. Volvimos a jugar a puertas cerradas, e igual hubo conflictos, parciales expulsados e intervenciones de la policía. Hemos pinchado burbujas, compartido mate, y a veces hasta nos colamos para ir a ver a nuestro equipo en la cancha. Tuvimos brotes de Covid en varios clubes de fútbol y básquet, incluso la selección.
Expusimos a niños con tal de obtener nuestro beneficio deportivo, tocamos fondo en todos los aspectos. Hicimos un torneo sin descensos ni presiones, y aún así dejamos a los pibes de lado.
Hemos estado pendientes de lo que los jueces cobraron y nuestros tradicionales rivales hicieron, pero nos preocupamos poco por nosotros… En fin, todo al revés, pero alguna cosita buena hemos hecho. Obtuvimos un triunfo histórico en Barranquilla, y también nos acordamos de los nuestros, con el apoyo de hinchas, socios y jugadores de todo el deporte se organizaron ollas populares y canastas. Al final descubrimos que somos mucho más que una pelotita picando, o pasando sobre el verde césped, que no importa la camiseta que usemos, podemos trabajar juntos.
Si ponemos todo en la balanza desnivelamos demasiado, tampoco queremos pedirte mucho en realidad. Para ser sinceros gran parte de nuestros deseos podemos cumplirlos nosotros. No te pedimos ganar la Copa América, o una Libertadores (pero cómo queda 😏). Te pedimos que los hinchas puedan convivir en paz, que dejemos de ver para el costado y nos preocupemos por nosotros. Que los pibes tengan más oportunidades para crecer, y que los procesos sean reales, y no se corten a los primeros resultados negativos.
En realidad te pedimos que el deporte uruguayo sea un poquito mejor que ayer, y peor que mañana, que todos los jugadores tengan un contrato y dejemos el amateurismo de lado. Que todas las mujeres que quieran hacer deporte y competir tengan los mismos derechos que los hombres, y que los deportes menos conocidos reciban el mismo apoyo que los más importantes.
Prometemos haber aprendido de este 2020, y que no vamos a repetir los mismos errores. Vamos a mantener la esperanza de que este 25 a medianoche comencemos a recibir estos regalos, y nuestro deporte esté de parabienes, porque nuestra historia lo merece.
Atentamente,