No hay pelota que ayude

Como siempre, desde antes que comience el encuentro, los jugadores de Danubio salieron a la cancha con una arenga muy larga y emotiva. Pero las cosas dentro de la cancha no logran salir de la manera que ellos buscan. Desde el comienzo hasta el final del primer tiempo el partido fue de estudio, ninguno quiso arriesgar demasiado en ataque para luego quedar desprotegido atrás. El que tuvo las ocasiones de gol más claras fue el equipo visitante, que luego de dos pelotas en el palo, a la tercera de peligro logró entrar. Luego del gol, un centro de Cristian González que se fue hacia el arco, fue lo más peligroso de la ‘franja’. Muy bien en defensa Progreso que se mantuvo con seguridad y firmeza al momento de defender. Por lo mostrado en los primeros 45’ de juego, fue merecido irse con ventaja en el marcador para Progreso.

En los últimos 45′ de juego, Progreso se apagó dentro del campo de juego y no pudo generar ni una sola jugada clara de peligro. Danubio, obligado como de costumbre, fue en busca del empate con más fútbol que el primer tiempo, pero abusó del toque y no probó de lejos, el único que probo un disparo de afuera del área y que pasó muy cerca fue Pablo Siles. Por otra parte, Matías Fritzler fue el generador de juego en la mitad de la cancha. Leo Ramos probó hacer variantes y al menos cambiaron la cara del equipo, los muy buenos ingresos de Labandeira y Maxi Rodríguez fueron claves en ataque.

Danubio entregó, intentó y luchó pero nuevamente se quedó con las manos vacías, y eso no les sirve de nada. Progreso quizás no hizo un partido exuberante, pero mandó a guardar una que tuvo y bastó para quedarse con los tres puntos.