En el día de su cumpleaños número 50 recordamos al querido “Gonchi” Rodríguez, el piloto que puso nuestra bandera en lo más alto y cuyo legado se mantiene y nos inspira a seguir nuestros sueños.
Gonzalo Rodríguez nació el 22 de enero de 1971, su vínculo con las carreras comenzaría desde muy pequeño acompañando a su padre Jorge, que era piloto. Allí fue conociendo el mundo del automovilismo y fue así que creció su pasión por los motores.
A sus 14 años debutó en el Karting uruguayo sorprendiendo a muchos por sus habilidades y comenzando un camino que lo llevaría a varias victorias, dos campeonatos sudamericanos y el mundial de Valance en Francia, donde marcó el récord de vuelta que permanecerá de por vida. Con 17 años pegó el salto a la Fórmula 4, siendo vice campeón en esa temporada y al año siguiente pasó a la categoría Ge.Mo donde se consagraría campeón. En 1991 comenzó a incursionar en Fórmula 3, terminando en quinto lugar esa temporada.
Al año siguiente decide dar el gran paso en su carrera, salir al exterior en busca de su sueño de llegar a la máxima categoría del automovilismo mundial. Su primer destino sería España, compitiendo en la Fórmula Ford la temporada 1992 y la siguiente en la Fórmula Renault. En 1994 partiría a Inglaterra para competir en la Fórmula 3 Británica. Dos años más tarde pasaría a competir en la Fórmula 2 Británica donde se destacaría y mostraría su potencial.
En 1998 se incorpora al equipo Astromega para competir en la Fórmula 3000, en ese entonces la antesala de Fórmula 1. Gonzalo tuvo una gran actuación peleando el campeonato hasta el final (culminó 3º en el campeonato) y obteniendo victorias en circuitos míticos como Nürburgring y SPA Francorchamps, donde se negó a subir al podio hasta que no apareciera la bandera uruguaya y el himno nacional.
La temporada 1999 lo tendría nuevamente como protagonista, peleando en cada carrera y ganando en el principado de Mónaco, siendo el primer uruguayo en hacerlo. “Gonchi” decidió viajar a Uruguay a celebrar su triunfo con su pueblo, la gente lo fue a recibir al aeropuerto de Carrasco, algo muy poco común para el automovilismo pero que marcaba la importancia que tenía la carrera que estaba haciendo Gonzalo para todos los uruguayos. Finalizó la temporada en el tercer lugar del campeonato de pilotos por segundo año consecutivo.
Su talento y su estilo de conducción hicieron que Roger Penske lo invitara a participar en la Fórmula CART (hoy IndyCar) en los Estados Unidos. Luego el trágico final ya conocido, aquel 11 de septiembre en Laguna Seca donde tras una falla mecánica en su coche “Gonchi” pierde el dominio del mismo en la curva del “sacacorchos” impactando contra el muro de contención a 260km/h. Ese día la tristeza invadió a cada uno de nosotros, el carisma y los éxitos de “Gonchi” habían generado un gran cariño del pueblo uruguayo que seguía atentamente cada carrera los domingos en la mañana.
“Gonchi” logró convocar público que era ajeno al deporte motor, puso a Uruguay en el mapa del automovilismo internacional y marcó a fuego a una generación de pilotos que a partir de su ejemplo también se animaron a buscar su suerte en el exterior. En su corta carrera dejó un legado enorme en el automovilismo y que nos motiva a cada uno de nosotros a seguir nuestros sueños, tal como él nos enseñó a hacerlo. Legado que día a día trasmite su hermana “Nani” a través de la fundación “Gonchi” Rodríguez que sigue creciendo con un objetivo tan noble como proteger la vida de los más pequeños. Es por esto que “Gonchi” no fue un piloto más y que seguramente cada uno de nuestros lectores lo recuerde con alegría y una sonrisa enorme como la suya.