A sus 70 años de edad, Niki Lauda falleció en la madrugada de este martes en Suiza luego de estar por varias semanas internado en un hospital tras un trasplante de pulmón.
La máxima categoría a nivel de autos ha perdido una leyenda. Lauda no solo será recordado por ser tricampeón del mundo, sino también por el gran accidente que sufrió en el Gran Premio de Alemania de 1976 que desfiguró su rostro.
El austríaco debutó en 1971 en el equipo March y estuvo por dos temporadas, para ir luego a BRM en 1973. Su salto de calidad lo daría un año más tarde, donde fue fichado nada más y nada menos que por la escudería Ferrari, en la que debutó con un segundo puesto en el GP de Argentina, para conseguir sus primeras victorias más tarde con la marca italiana.
En 1975, Lauda obtuvo su primer título de pilotos al llevarse la victoria en cinco carreras, precisamente en Mónaco, Bélgica, Francia, Suecia y Estados Unidos. En 1975, luego de haber triunfado en cuatro de los primeros seis Grandes Premios, se dio un hecho que marcó al legendario piloto. En el GP de Alemania, perdió el control de su Ferrari en una curva y su auto se prendió fuego al sufrir un gran impacto contra el muro y contra otro piloto que lo embistió.
Este choque hizo que Lauda sufra múltiples quemaduras en su cara que perdurarían en su cuerpo por toda su vida. Sin embargo, después de casi dos meses, volvió a competir y casi consigue un nuevo campeonato, ya que solo quedó un punto por detrás de James Hunt.
Pese a haberse consagrado campeón en 1977 con Ferrari una temporada más tarde, la relación entre el piloto y la escudería se rompió, debido a que el austríaco, en Japón, se bajó de su monoplaza al dar dos giros en el circuito, acusando que la pista no estaba en condiciones para correr. De esta forma, Niki se marchó a Brabham-Alfa Romeo en 1978.
Más tarde, firmó contrato con McLaren en 1982 y en 1984 logró obtener su tercer título mundial al llevarse el triunfo en cinco fechas. Lauda cruzó la bandera a cuadros en primer lugar en Sudáfrica, Francia, Austria, Italia y Silverstone.
Finalmente, Niki Lauda anunció su retiro de la Fórmula 1 en 1985, habiendo ganado tres títulos mundiales. El piloto de Austria se dedicó después a diversos negocios y se lo vio por última vez en el box de Mercedes, equipo que lo contrató para ayudar en el desarrollo del coche y las estrategias.