Foto: Kevin Méndez frente al Shakthar. Fuente: Karpaty Lviv Official.
Desde el país de Andriy Shevchenko nos recibió Kevin Méndez, con 22 años cuenta con una larga trayectoria en el fútbol europeo. El jugador que fue parte de la selección sub-20 nos habló desde sus inicios en Flores, su pase a la Roma con tan solo 18 años y su actualidad en el Karpaty Lviv.
— ¿Cómo es ser uno de los pocos jugadores de Trinidad en el exterior?
— Somos poquitos, el más conocido es el Chory Castro que estuvo muchos años fuera del país.
— ¿Chacarita que es para vos?
— El club de mi barrio, viví y me pasé mi niñez allí.
— El Chory Castro surgió del Porongosm uno de los grandes del departamento. ¿Te tentaron alguna vez?
— Sí, pero le soy fiel a Chacarita y nunca me hubiese ido a Porongos o Independiente.
— ¿Cómo es la experiencia de salir al exterior?
— Me acostumbré, de chico me vine con 11 años desde Flores a Montevideo. Viví siete años solo cuando jugaba en Peñarol.
— ¿Te cambió el fútbol europeo?
— Hay cosas que tuve que cambiar para poder adaptarme a este fútbol. Igual hay cosas que nunca las cambié.
— ¿De Peñarol que me podés decir?
— Tengo una materia pendiente con el club, en la familia somos todos hinchas.
— ¿Llegaste a debutar de forma oficial?
— No, pero jugué en un amistoso de verano con Olimpia de Paraguay.
— ¿Qué papel tiene la familia?
— Es fundamental, en lo anímico influye mucho porque te hacen falta. Cuando salís muy caliente de un partido es cuando necesitas que te escuchen.
— ¿Te afectó mucho?
— Sufrí mucho, llegué a tener problemas depresivos cuando estaba en Montevideo. Con el liceo y el fútbol, sumado a que no tenía plata se me hacía difícil ir a Flores. Llegue a estar meses sin ir.
— ¿Hoy cómo te sentís?
—Estoy muy bien, me he adaptado por suerte y estoy por ser padre.
—¿Seguís vinculado a la Roma?
—Sí, hasta mitad del 2019.
—¿Cómo es para un jugador joven que te vengan a buscar los clubes “Top”?
—En el Mundial Sub-20 me sondearon del Barcelona, Liverpool, Fiorentina y la Roma. Se me hizo difícil por mi edad, la verdad nunca me lo esperé porque yo en juveniles jugaba por diversión. Uno no es consciente.
—¿Cómo es el club de La Loba?
— Es un club enorme, me golpeó para bien por suerte. Es uno de los mejores equipos en la actualidad.
—¿Quién te representaba en aquel entonces?
— Fonseca y Sierra.
—¿Hoy en día quién te representa?
—Pablo Boselli.
— En una época de tantos problemas entre clubes, representantes y jugadores. ¿Qué podés decir sobre tu relación con él?
—Mirá, para mi él es un equilibrio emocional. Cuando era adolescente yo era un desastre, ahí Pablo me llevaba al psicólogo y a comer a la casa o en la oficina.
—¿A qué te referís con “un desastre”?
— Con el dinero, me quería comprar el auto más caro que había. En ese entonces me faltaba madurez.
— ¿Que piensas sobre el trabajo de los representantes?
— La gente que está por fuera tiene que entender que esto es un negocio, por más de que sea un juego. Todos van a querer su parte.
—¿Cómo ves a nuestro fútbol?
—Es traicionero, nuestro medio es complicado. Cuando jugás bien sos el mejor pero cuando andas mal sos el peor.
—¿En lo deportivo?
—Es uno de los peores, tanto a nivel deportivo como económico.
—¿A qué te referís con que es “uno de los peores”?
— Me acuerdo cuando Rodrigo Aguirre volvió a Nacional y decían malos comentarios sobre el fútbol suizo o el ascenso italiano. Después de llegar a Nacional se tuvieron que callar. Si compitiéramos en cualquier Liga de Europa pelearíamos el descenso.
—¿Que cambiarías?
— Seguimos viviendo de glorias pasadas, ya no se gana con la cédula. Me acuerdo del Luqueño contra Peñarol, lo subestimaron y terminaron eliminados.
—¿Qué te falto en la Roma?
— Lo táctico me costó muchísimo. Cuando me fui a préstamo tenía altibajos y fui muy inestable.
—¿Tu mejor momento?
— En Suiza, tuve un entrenador español y a ellos les gusta jugar mucho por abajo. El fútbol suizo es muy físico también.
—¿La hinchada?
—Fría para lo que estamos acostumbrados, si perdíamos cuatro partidos seguidos no pasaba nada.
—¿Tu situación en tu nuevo club?
— A Karpaty podía haber llegado en enero. Tienen una gran liga, es pareja aunque el Shakthar y el Dynamo Kiev están despegados.
—¿Le gente de Ucrania?
— Son muy cerrados, fríos y no se comunican mucho. El idioma es una barrera enorme, la escritura es muy difícil.
—¿Cómo llevas el día a día?
—Lviv es una ciudad turística, tengo todo cerca.
—¿Cómo te comunicas en el club?
—Tenemos dos traductores, tanto en el club como para hacer trámites y de más. Sino intentamos con el inglés.
—¿La alimentación la tuviste que cambiar?
— Sí, la cambié radicalmente, hoy mantengo una dieta balanceada, deje la chatarra. Acá te multan por exceso de peso, todos los días te controlan la presión y te hacen el examen de muerte súbita.
—No me acuerdo de Kevin Méndez con “panza”
— No (risas), por genética nunca engordé. Me acuerdo que Latorre en Peñarol me quería matar porque yo comía cualquier cosa y no engordaba, en cambio a él le pasaba al revés.
—¿En qué se hace énfasis en los entrenamientos?
—Se trabaja mucho el físico, gimnasio tres veces por semana.
—¿Cómo es el entrenador?
— Fue el ayudante de José Mourinho en el Chelsea, se llama Jose Morais. Tiene una filosofía de jugar a buen pie.
—¿Cuál es tu rol en el equipo?
— Hoy en día trató de aprovechar la oportunidad cuando el entrenador me las da.
—Hoy en día, ¿qué posición en el campo ocupás?
— Siempre jugué de enganche, acá juego de puntero.
—¿Cómo llevas el clima?
— En invierno está mal, el verano es más normal.
—¿Alguna comida típica?
— Probé una especie de empanadas acá con mezcla de huevo frito y vegetales.
—¿Extrañas el asado?
— Si, me escapó siempre que puedo a Roma donde hay un restaurante argentino.
—¿Y a Uruguay?
—Cada vez que voy y me tengo que volver me pongo triste.
— ¿Jugarías acá?
— Balancearía lo futbolístico.
— ¿Si te llamará Nacional?
—No iría, soy hincha de Peñarol pero no solo desde el punto de vista fanático. Crecí con el ADN del club y ellos fueron quienes me abrieron las puertas al fútbol europeo. Hoy soy lo que soy gracias a ellos.
— ¿Qué opinás sobre lo que hizo Luis Aguiar?
— Hay dos tipos de futbolistas, para algunos es un trabajo y para otros una pasión.
—¿Soñás con la selección?
— Sí, es mi objetivo primordial. Aún soy joven y confió mucho en mis condiciones, sé que hoy es imposible pero aún hay tiempo.
—¿Un entrenador?
— Fabián Coito, me marcó mucho como entrenador y como persona. Como te dije antes en juveniles era muy desordenado y me dejó muchas enseñanzas. Otro fue “Fito” Barán, él me banco muchísimo en mis problemas depresivos.
—¿Un jugador referente?
— Darío Rodríguez y el “Lolo” Estoyanoff, los dos siempre me aconsejaron. Darío es muy amigo de Pablo (Boselli) y el Lolo ayuda a los juveniles, los motiva pila. Otro fue el “Tony” Pacheco, me habló mucho el día que iba a debutar.
—¿Una anécdota?
— En Italia cuando llegué me ponían de extremo por izquierda, el técnico me decía “Kevin Largo” y yo picaba en largo. Me quería comer vivo porque largo (en italiano) era para que me abriera, en un momento hablé con Giacomazzi preguntándole por qué se enojaba y ahí me explico (risas).