Invente, Román, invente

Ganó bien el Negriazul en la mañana de la Cuchilla Fernández. Sufrió. Pero ganó merecidamente. Cuando el partido casi llegaba a la media hora, marcó superioridad territorial y de posesión en el marcador, anotando el tanto por Ramirez qué antes había desaprovechado dos oportunidades. El mercedario siguió intentando pero apenas unos minutos más tarde, Matías Rigoleto aprovechó un grueso error del segundo asistente y, en posición adelantada, anotó el empate. A partir de allí el Boston mejoró y fueron sus mejores minutos en el juego. El segundo tiempo comenzó con la misma tónica y el equipo de Abreu buscaba abrir los caminos con Rodriguez y Rigoleto y así se generó un córner que llegó a la cabeza del 13 que peinó para Álvarez y anotó el segundo.

 

Desde allí, otra vez el juego viró a favor del negro qué, a influjo del juego de Figueredo, empezó a adelantarse en el terreno y a animarse pero con más fuerza que fútbol. Ramirez intentaba pero no tenía balones claros y en una de las miles que llovió al área, el “Tofi” capturó el rebote y anotó el empate. Cuando el partido moria, y Boston River se había perdido una situación increíble en la jugada previa, Diego Cor capturó el rebote defensivo de Falcón y el error de Valdez para anotar la victoria. Había ingresado apenas minutos antes. Román Cuello, sintiéndose aliviado y artífice de la victoria se fue feliz. 3-2 y paz en la cuchilla.