Foto: Enzo Santos
Con dos goles de futbolistas argentinos, Universidad Católica de Chile, equipo de Ariel Holan, derrotó a River Plate en el Parque Viera y encaminó la clasificación a cuartos.
El primer tiempo tornó de ida y vuelta, aunque rápidamente el equipo chileno aprovechó la pelota parada. Cuando corría el minuto 9 de juego, el incombustible José Pedro Fuenzalida, remató un potente centro frontal que complicó a Horacio Salaberry, quien no pudo controlar la aparición fantasmal del argentino Fernando Zampedri, quien remató potente de pierna derecha para vulnerar la valla de Gastón Olveira. Poco para hacer para el guardameta rojiblanco, pero le cabe gran responsabilidad a la defensiva del equipo de Jorge Fosatti. El veterano entrenador del darsenero adelantó un poco las líneas tras el gol y cambió la posición de Montiel con la de Rodríguez para brindar otro tipo de proyección. Por el sector derecho afianzó la línea demarcatoria y pudo proyectarse hacia zona ofensiva sin demasiadas complicaciones. Además de aprovechar la pelota parada sobre el final del primer tiempo, logró tomarle el punto a Católica y aprovechar con un gol de cabeza de Sebastián Píriz, tras centro del ‘Ojito’, para igualar las acciones. Sin perjuicio de eso, bien sobre el cierre, José Neris estuvo a punto de lograr que el darsenero se vaya en ventaja al descanso, pero no logró llegar a desviar un balón que Matías Arezo remató a puerta y se fue apenas afuera. Así, nos fuimos al descanso.
En el segundo tiempo fue todo dominio darsenero. Desde un gol anulado por posición adelantada a José Neris a instancias del VAR, como una tapada de Matías Dituro a José Neris. Sin embargo, un penal sancionado por el árbitro paraguayo José Méndez, permitió a Luciano Aued poner en ventaja al equipo trasandino. Tras dicho paso al frente del equipo dirigido por Holan, Fosatti solamente se dedicó a acumular delanteros en la zona de ataque, pero se quedaron sin abastecimiento por parte de los mediocampistas. No les llegó la pelota con claridad y ni González, ni el desgastado Arezo que acabó siendo sustituído y tampoco Olivera que ingresó sobre el final, pudieron inquietar a Dituro. El 1-2 final hace que el darsenero deba anotar dos goles en Santiago si tiene intenciones de avanzar.
9' Fernando Zampedri (CAT), 45+3 Sebastián Píriz (RIV), 73' Luciano Aued de penal (CAT).
Amonestados: 34' Horacio Salaberry (RIV), 45+6' Edson Puch (CAT), 67' Gastón Lezcano (CAT).
Ambos equipos aprovecharon la pelota parada, Católica un tiro libre frontal sobre el arranque del juego y River un córner sobre el final del primer tiempo.
Fernando Zampedri. Le alcanzaron 45 minutos para exigir a la defensa de River, tanto por arriba como por abajo. Gran partido del argentino, y qué golazo que hizo. Se retiró lesionado.
Una atajada impresionante con el pie de Matías Dituro a Matías Arezo en el cierre del primer tiempo. Era el gol que podía poner al darsenero por delante.
Correcto arbitraje de la terna paraguaya encabezada por José Méndez. Penal sancionado correctamente por mano de Facundo Bonifazi.
No le cabe responsabilidad alguna en los goles, cuando fue llamado a responder lo hizo sin inconvenientes. Estuvo a punto de atajarle el penal a Aued.
Incombustible. El mejor de los suyos, cumplió al pie de la letra lo que le pidió el entrenador.
Se atacó poco por su sector y cuando lo hicieron respondió.
No fue su mejor partido. Más allá de la genialidad, se dejó primerear por Zampedri en el primer gol. Amonestación evitable.
Metió y luchó. ¿Se ganó el apodo de futuro Faraón? Lo cierto es que jugó vendado prácticamente durante 3/4 de partido.
Venía rindiendo bien hasta que cometió el penal ampliando el radio de su mano de forma innecesaria.
Aportó la jerarquía necesaria para este tipo de partidos. Como un Cacique, fue quien golpeó la mesa previo a irse al descanso. Se impuso en las dos áreas.
Gran partido de ‘Mamba’ Montiel. Motorcito en la mitad de la cancha. Quiso siempre.
Debió intentar más de afuera del área. En su rol, metió.
Sube medio punto por su lucha, por su búsqueda y por los intentos. Matías Dituro le tapó la más clara de forma casi insólita.
Sus compañeros que quedaron fuera de la convocatoria decían en la tribuna que si calzaba tres talles más, la hubiera mandado a guardar. Estuvo muy cerca de anotar.
No fue abastecido. Nunca pudo imponerse.
Poco y nada, más bien ingresó pero no llegó a participar.
Entró para recibir algún centro a la olla pero nunca llegó tal situación.
En los pocos minutos que estuvo, intentó ser un nexo entre la contención y los delanteros, pero se quedó en eso.
Pocos minutos.
Más allá de que el juego lo destraban las pelotas paradas, demoró demasiado los cambios y acumuló delanteros innecesariamente en el segundo tiempo. No encontró revulsivos desde el banco.
Arquero de equipo grande. Cuando fue llamado a responder, lo hizo con soltura.
Dicen que tiene 38, pero corre como un pibe y tiene un guante en el pie. ¡Qué jugador!
Debió entrar por un imponderable de Germán Lanaro y cumplió con creces. Sólido en el fondo cruzado.
Expeditivo, buena labor.
Si bien se jugó más por el lado de Fuenzalida, acompañó e hizo equilibrio. Correcto siempre.
Correcto siempre en la mitad de la cancha, cortando y distribuyendo.
En su momento jugaba en Racing de Avellaneda y la camiseta decía “dueño de una pasión”, hoy fue dueño de la mitad de la cancha.
No tuvo mayores inconvenientes, fue sustituído buscando otro tipo de juego.
La pidió siempre. Rueda de auxilio permanente para los delanteros.
En 45 minutos hizo todo para inquietar a la defensa de River y además anotó un gol de volea impresionante.
Dicen que a veces lo bueno viene en frasco chico. Quizás no sea aquel jugador explosivo que apareció en la primera de River (ARG) por el año 2008, pero sigue teniendo una pegada envidiable. Sin su centro, no había gol de Zampedri.
Entre poca y nula su participación. El equipo extraño muchísimo a Zampedri.
Poquito y nada.
Protestó más de lo que jugó.
Como estudioso que es, planteó el partido de buena manera. En el segundo tiempo fue maniatado por River, pero de todas formas lo pudo cerrar de buena manera.