Nacional tuvo un 2018 que terminó siendo para el olvido, pero no todas fueron pálidas durante la temporada.
El año 2017 finalizaba con el Tricolor perdiendo el campeonato ante el descendido Sud América, que ganándole al Tricolor, de atrás y en la hora, forzaba desempate ante El Tanque Sisley. Ese partido en Belvedere, terminó propiciando la salida de Martín Lasarte del club de La Blanqueada. Para colmo de males, el título se lo iba a terminar llevando el rival de todas las horas al vencer a Defensor Sporting.
Poco tiempo después de la salida de Lasarte, las voces se alzaron en favor de que el entrenador del equipo reserva, Alexander Medina, se hiciera cargo del primer equipo. Asumió y el primer desafío era la Supercopa Uruguaya, en la primera edición y en una semana donde el lunes anterior se había disputado otro cotejo clásico, aunque de carácter amistoso, iba a terminar saliendo derrotado en ambos, el lunes 23 de enero fue 2-0 y el viernes 27, por la nóvel Supercopa, fue por 3-1, en un encuentro donde Peñarol dominó por completo en los 45 minutos iniciales. Clásicos que por cierto, tuvieron a Luis Aguiar apareciendo por primera vez con la blusa alba, ante la silbatina generalizada de la tribuna aurinegra.
Sin embargo, el punto cumbre de ese primer mes al frente del albo para Medina era la llave a doble partido ante Chapecoense. Santiago Romero se convertía en el jugador emblema, producto de que anotaba en ambos partidos para que con global de 2-0 (1-0 en Arena Condá y mismo resultado en el GPC), accediera a la Tercera Fase. Esperaba Banfield, que llegaba de eliminar al subcampeón del año 2016, Independiente del Valle.
Mientras tanto, en medio de las rondas previas de la Libertadores, comenzaba el torneo local, para el cual Medina optaba por un elenco alternativo ante Torque y Rampla, encuentros en los cuales el Tricolor salía airoso con claridad. La rotación, era un arma que se iba a utilizar durante todo el año, pero que quizás terminó siendo de doble filo.
Por la Libertadores, Nacional lograba acceder a la fase de grupos tras vencer a Banfield, en una serie sumida por los errores arbitrales y un penal no sancionado por Sandro Ricci contra Nicolás Bertolo, que hubiera sido catastrófico para los intereses albos. Matías Zunino, sobre la hora, daba oxígeno a Nacional, que se metía en el a priori accesible Grupo 5 con Santos, Estudiantes y Real Garcilaso.
El debut en la fase de grupos no fue para nada auspicioso. Un empate 0-0 en lo que es prácticamente un clásico sudamericano ante Estudiantes de la Plata, comprometía a los presididos por José Luis Rodriguez y los obligaba a conseguir por lo menos tres puntos afuera de casa.
En el torneo local, todo era color de rosas, pues las victorias enfilaban una detrás de la otra, en un calendario sumamente apretado, donde cuando no había copa, se encontraba el Bolso con una fecha de campeonato local.
En la Copa, Nacional, que no podía ser acompañado de visitante por su gente producto de una sanción, caería en Pacaembú por 3-1 ante Santos, con un grosero error de Conde incluido, donde se dio el primer gol de Christian Oliva en Primera división y además, el albo jugó con un hombre de más durante 70 minutos.
Los dirigidos por Alexander Medina seguían con esa notoria irregularidad en la Conmebol Libertadores, ya que la primera victoria en ese certamen no iba a llegar hasta la cuarta jornada (4-0 ante Real Garcilaso, en el Gran Parque Central). Antes, un empate 0-0 en el Inca Garcilaso de la Vega, de Cuzco, los iba a dejar comprometidos a sumar por lo menos siete puntos de nueve en sus últimos tres juegos para no depender de nadie.
Después de vencer 4-0 a los peruanos debieron medirse a Santos de Brasil, en un mes de abril que también tuvo el tercer superclásico del año y donde Nacional tampoco iba a poder ganar, esta vez ante un Peñarol apático, que remató solamente una vez al arco y el resultado final fue 1-1. Luego, las victorias ante Atenas de San Carlos y Danubio, en Jardines, le iban a otorgar el Apertura y la clasificación a la semifinal por el Campeonato.
Mientras tanto, la victoria ante Santos por 1-0 le dejaba a Nacional llegar al partido del fatídico 24 de mayo en La Plata con grandisimas chances de clasificar. Le valía perder hasta por un gol y encima comenzó ganando con gol de Matías Zunino en el minuto 1. Pero una gran noche de Juan Ferney Otero y errores propios lo iban a llevar a perder 3-1 en la hora, y de esa manera, caer hacia la Conmebol Sudamericana.
Antes de finalizar el primer semestre y la aparición del receso mundialista, hay que hablar del Torneo Intermedio. Nacional dominó su llave a nivel resultados, pese a que algunos encuentros se le tornaron más complicados de lo probable. La final fue ante el sorprendente Torque, que comenzó ganando 2-0 pero el gran ingreso de Luis Aguiar y la aparición agónica de Bergessio le otorgaban al Tricolor el segundo título del año. Ese fue el último partido de Diego Polenta como capitán del equipo.
Pasó el break mundialista y Nacional tuvo bajas importantes. A la de Polenta, hay que sumarle la de Gonzalo Bueno, el máximo socio de Bergessio en el primer semestre. Además, Guzmán Corujo se había roto los ligamentos ante Fénix antes del corte, por tanto a Medina se le dificultaba mucho repetir una línea de 4 final. Iban a llegar en ese mercado Marcos Angeleri -que no podía disputar la Sudamericana-, Rafael Garcia y Gonzalo Castro.
Con una renta importante en la Tabla Anual, Nacional podía apuntar los cañones a una Sudamericana sin cucos en el camino y donde el primer rival iba a ser Sol de América del Paraguay. 0-0 en Asunción, 1-0 en Montevideo con gol de Zunino y la clasificación a octavos ante San Lorenzo de Almagro. Un hueso duro de roer.
En tanto, en el Torneo local iba a llegar la primera derrota en condición de local ante Montevideo Wanderers, Peñarol iba a comenzar a acercarsele en la tabla de colocaciones anual y los fantasmas del 2017 revoloteaban sobre La Blanqueada.
En la competencia internacional, Nacional iba a perder por 3-1 en el Bajo Flores, pero la épica remontada en el Gran Parque Central colocó al tricolor en cuartos ante Fluminense. Global igualado 3-3 ante San Lorenzo y el Bolso adelante por el gol de Bergessio -que también anotó en la vuelta-, en el Pedro Bidegain.
Mientras tanto, el Clausura seguía siendo posible y la Anual también. La lucha iba a seguir hasta las últimas fechas, pese a algún golpe recibido por Nacional como la derrota en el Franzini ante Defensor Sporting por 2-0, tras jugar con 10 durante todo el partido por una infantil expulsión del juvenil Brian Ocampo.
Alexander Medina seguiría sin poder vencer a Peñarol, ya que en el Torneo Clausura también iba a ser empate 1-1 tras goles de Sebastián Fernández y Lucas Viatri. A posteriori vendría una semana negra para el Tricolor. No tanto por el empate 1-1 en Brasil ante Fluminense, sino que pensando en la vuelta, Medina decidió rotar el equipo ante Atenas de San Carlos. Fue empate 2-2, lo que dejaba al negro carolino descendido y a los tricolores un punto por debajo en la Anual, a falta de una fecha.
Pero antes de la última fecha del Clausura, nos encontramos con el partido de vuelta ante Fluminense. Los brasileños iban a ganar 1-0 con un horror en salida de Esteban Conde y el gol de Luciano, con lo cual se terminaba la ilusión internacional de un bolso al que le valía el 0-0.
En la última fecha; Nacional debía vencer a Danubio y que Peñarol no haga lo propio ante Defensor Sporting. Eso sucedió hasta el minuto 93, cuando Lores anotó el 2-1 para ganar de atrás ante los fusionados y era el Manya el que iba a la definición del Uruguayo con ventaja deportiva.
Peñarol, de atrás y en el tiempo suplementario, se iba a quedar con el título. Algunos días antes del acto eleccionario, que se iba a desarrollar el 8 de diciembre, se confirmaba la salida del Cacique de Nacional.
El resto es más reciente. José Decurnex ganó las elecciones, y el 27 de diciembre, se designó al argentino Eduardo Dominguez como entrenador por dos temporadas.