Edgardo Ottati cumple en Trouville un rol poco explorado en nuestro básquetbol, sobre el cuál conversó con Básquetbol con Pasión, explicando detalladamente sus funciones, alcance y su forma de desempeñarlo.
Desde afuera lo vemos como una gerencia deportiva, pero comenzamos la charla consultando al propio Ottati cómo describe él este rol: “Nunca le pusimos nombre al cargo. Cumplo algunas de las tantas funciones que tiene un gerente deportivo, no todas porque por ejemplo no manejo los ingresos del club. Vendría a ser como una secretaría técnica, soy un nexo entre la Directiva y Comisión de Básquetbol con el cuerpo técnico del equipo profesional”.
“Esto empezó hace muchos años, ya es el sexto, con una idea de Álvaro Rodríguez de una asesoría que fue teniendo cada vez más tareas, como todo lo que tiene que ver con los préstamos de los Sub 23 al Metro, el desarrollo deportivo de ellos y cómo insertarlos en el plantel principal, dónde se debe dejar espacio cuando consideramos que hay un jugador pronto en vez de taparlo, la contratación de jugadores, del cuerpo técnico, hablar con los agentes locales o del exterior, la coordinación de los entrenamientos, locaciones. Se me facilitó bastante la tarea con la contratación de Pablo Morales como Coordinador de Formativas y al estar también en el cuerpo técnico del primer equipo” explicó sobre las diversas tareas que cumple en el día a día.
Al hablar de su participación en la elección del cuerpo técnico o de los jugadores, Edgardo aclaró: “Las decisiones nunca son mías. Esto lo aprendí con Álvaro (Rodríguez), yo doy una opinión, me siento escuchado, pero también tengo que tener la amplitud de aceptar cuándo la Directiva decide otra cosa porque la decisión final siempre es de ellos. Yo presento proyectos e ideas, me siento muy respetado, pero no es que se me ocurre algo y lo hago. Siempre hay una autorización de la Comisión de Básquetbol”.
“Soy una voz más. Puedo dar una visión más técnica. Lo que ha hecho bien Trouville, sea conmigo o con otra persona, es tomar un consejo sobre el estilo que puede ser mejor, o qué tipo de extranjeros estamos precisando, pero las definiciones son del club. Los proyectos son de los clubes y no de los entrenadores, pero la delineación del plantel siempre es en acuerdo con el cuerpo técnico” continuó diciendo.
Al preguntarle sobre por qué existen pocos clubes que tengan esta figura, reflexionó: “Es un costo más y en un básquetbol que debe hacer muchos esfuerzos para conseguir dinero y poder pagar, contratar un gerente deportivo termina siendo un costo. Además, y esto lo digo más desde mi experiencia como jugador, a algunos dirigentes les gusta la parte de elegir el equipo y si piensan que poniendo una persona en el medio pierden esa parte”.
“Esto ha evolucionado. Poner un gerente deportivo los ayuda a tener más información para tomar mejores decisiones” expresó Ottati, que siguió detallando: “Las decisiones que se tomen van a tener otro tipo de respaldo, porque hay cosas que los Directivos no tienen por qué ver o saber. Puede gustarles un jugador, que luzca más o menos, pero sería mejor tener más información, no quedarse con la puntita que se ve sino con el todo, si es lo que necesita el equipo para ganar, un montón de sinergias que pesan a la hora de tomar decisiones”.
Otra ventaja que encuentra de su función de nexo, tiene que ver con la comunicación: “Estos cargos en los clubes reducen las fricciones. Acá todos son pasionales, a veces un directivo se enoja y estoy yo en el medio, me puede decir las cosas, descargarse conmigo y yo lo decodifico para transmitir el mensaje de otra manera. Lo mismo de abajo hacia arriba. Por eso creo que siempre suma”.
En su rol, el entrenador de turno puede dedicarse más puramente al trabajo en cancha: “Tampoco me parece bueno que el entrenador tenga que estar él directamente hablando con los agentes, negociando los salarios de los jugadores, cosas que no dejan de ser un estrés y le sacan el foco de su actividad, que se ha complejizado mucho. Todo lo que sea externo a la cancha que se les pueda alivianar los va a dejar más limpios de cabeza que si tienen que hacer la multifunción que se hacía 20 años atrás”.
Ottati tiene un perfil bajo, y si bien se lo ve presente, no suele aparecer: “Siento que debe ser así, pero me gusta estar siempre. Alvarito (me decía) que no tenía por qué estar tanto, pero yo creo que para estar al tanto de las cosas hay que estar ahí. En la medida que se puede trato de ir a los entrenamientos, pero el protagonismo es enteramente de ellos, así como el éxito va a ser de los jugadores y el cuerpo técnico. Así lo siento yo y es como me siento más cómodo”.
Para terminar de entender su trabajo, le consultamos si participa de la planificación o evaluación de los partidos: “Trato de no meterme, excepto si alguna vez creo que puede haber algo que ellos no hayan notado, ahí le hago un comentario al asistente (Pablo Morales). Él sabrá si es conveniente hacérselo llegar a Germán (Fernández) o no. Soy muy respetuoso, me parece que son suficientes ojos, habitualmente tenemos dos asistentes, y tampoco me gusta entreverar la cosa. La mayoría de las veces no me meto”.
Sobre el cierre, dio un mensaje sobre cuánto podría colaborar que existan más gerentes deportivos en otros clubes: “A los presidentes, sobre todo teniendo en cuenta la realidad de nuestro básquetbol, los ayudaría mucho, les facilitaría mucho la tarea, y no tienen por qué perder el poder de decisión. Es más que nada tener más información, de mejor calidad, para poder tomar buenas decisiones. Se podría empezar a implementar para la mejora de las instituciones y del básquetbol”.