Foto: @OficialCap.
El verano nos regala los últimos chispazos propios de su identidad y la tarde-noche de hoy no fue la excepción, no había excusas pero si motivos, un siempre atractivo Peñarol-Danubio.
El partido comenzó con imprecisión de ambos lados pero con un Peñarol que tenía el dominio territorial, Danubio únicamente apostaba al pelotazo a Nequecaur (siempre una tentación) o a las espaldas de Giovanni González, intentos que nunca prosperaron y apenas generaron un par de tiros de esquina. La distancia entre la línea de mediocampistas y delanteros del conjunto franjeado permitía que Vadócz pudiera salir cómodo con balón dominado y articular bien la base de los ataques. Las chances claras de la primera mitad fueron del conjunto local, primero Xisco se lo perdió en el segundo palo tras un córner y atajada de Denis, luego, Terans se perdió dos oportunidades clarísimas, en una de ellas definió pero el juvenil Cristian González desactivó la bomba sobre la línea, en la segunda chance increíblemente se lo perdió tras un cabezazo de Xisco y rebote de Denis. ¿La situación más clara de Danubio?, un remate de media distancia efectuado por Lucas Rodríguez que Dawson tapó bien.
En la segunda mitad el trámite fue otro, a Peñarol se lo comió el nerviosísimo que provenía de las tribunas y la imprecisión propia como equipo, mientras, Danubio crecía y generaba chances gracias a un Rodrigo Piñeiro desnivelante, atacando el sector que se debía atacar, el de Enzo Martínez que oficiaba de lateral improvisado. En ambos desbordes y pases al medio, la defensa aurinegra cerraba con lo justo y necesario. El visitante dominaba la mitad de la cancha de la mano de un Lucas Rodríguez inalcanzable y la distancia entre líneas ya no era tanta, pasaba a ser un equipo compacto y de juego directo debido al ya mencionado Piñeiro. Este ritmo y nivel de juego no producía un dominio constante pero permitía soñar con llevarse los tres puntos. El sueño se terminó en el minuto 81’, Vadócz atacó la pelota al primer palo en un tiro de esquina y logró cabecear, la pelota rebotó en la mano de Nequecaur y Leodan González pitó penal. Cristian Rodríguez quien había ingresado minutos antes se hizo cargo de la ejecución y puso el 1-0 tranquilizador (a esa altura).
Danubio sabía que el partido se le iba y se fue al ataque como pudo, en el último suspiro, Pablo Siles tuvo la calma impropia de un partido qué transita los descuentos y metió un centro perfecto para que Luciano Nequecaur la pusiera de cabeza contra un palo y delire la hinchada danubiana. Gol especial para el jugador que había cometido el penal y que fue uno de los puntos altos del partido en general.
El “match” se fue a 1-1. Peñarol fue resistido por su gente y el próximo miércoles juega un partido vital por la Copa Libertadores. Danubio logró rescatar un punto que parecía perdido pero deberá seguir mejorando tras un primer tiempo flojo, sigue en el fondo de la tabla pero el trámite del final puede ser una inyección de confianza a confirmar el próximo fin de semana.